He dado poder a mi miedo, he permitido que el Amor no se expresara.

Mañana me toca trabajar a fondo, por enésima vez. No dejaré de hacerlo, porque el camino no te lleva nunca a un sitio en el que te conviertas en alguien «perfecto», en el que te olvides para siempre de seguir mejorando.

Quiero que el miedo ocupe su lugar, como mecanismo de alerta. Y pongo al Amor al mando. De todo.

Sobre todo cuando hay amor de verdad.

Hablo de MIS errores. En una semana de mucho dolor y tristeza.

Mostrando MI respeto de verdad. Con mis acciones, no sólo con mis palabras.