
Lees. Escuchas. Miras. Ves. Interiorizas. Crees que lo sabes. Y sí, lo sabes, en una medida, pero la Vida te lo trae, por fin, y es infinitamente más grande.
Crees que, cuando llegue, por fin, irá acompañado de una explosión de alegría, de una conmoción de luz, de un sonido espectacular … Y descubres que no, que llega en una paz desconcertante.
Contemplas, te sorprendes, te preguntas si de verdad ha llegado, porque todo es muy sereno, todo fluye sin el menor ruido.
Descubres, entonces, que esa serenidad no es falta de pasión, sino presencia del todo. De la plenitud. Nada más que añadir.
Y sabes, por fin, que el Amor Verdadero ha llegado. Y que viene con tu Compañera de Vida. La persona con la que deseas envejecer.
Gracias, Compañera, por SER. Por ESTAR. Gracias por EXISTIR.
De la mano.