
Tras más de 3 años de trabajo personal, de búsqueda -en ocasiones desesperada-, de sentirme perdido, desorientado, confuso, enfadado, y mil emociones y sentimientos de toda índole, he llegado a una etapa de claridad. De mayor consciencia, de mayor paz. Y he echado un buen vistazo a las personas que se han cruzado por delante en el proceso.
He visto colores, luz, oscuridad, gente con las mejores intenciones, con métodos muy agresivos, y personas que sólo buscan ganar dinero a costa del sufrimiento de «los demás» (concepto en el que considero haber estado).
PERO también, y como no puede ser de otra manera en este alucinante mundo dual, he conocido a personas llenas de luz, seres puros, que han decidido dedicar sus vidas al propósito que yo siento como absoluto: el servicio.
¿Te encuentras tú en un momento de «turbulencias», de «tormentas», de no tener ni la más remota idea de cómo continuar? Pues recuerda siempre que, por muchos «falsos profetas» que te encuentres, estos seres puros están por todos sitios. Si consigues encontrar TU forma de confiar en ello -y todos podemos-, si consigues dar con tu manera de navegar en la vida -y todos podemos-, descubrirás que sí, que es verdad, que hemos venido para disfrutar, para amar. Así de sencillo (y así de complicado).